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Puliendo el diamante (1-3)

Septiembre 6, 2023

Considerando la reciente emisión de acciones de la empresa César Iglesias, S. A. (CISA), entendemos oportuno informar sobre la trascendencia de este hito y lo que representa para el desarrollo de nuestro país. Para ello estaremos publicando una serie de artículos resaltando lo que consideramos son los aspectos más importantes, siendo este el primero de la entrega.

Para iniciar, resulta indispensable entender que todo esto es el resultado de un largo proceso en el cual se fueron identificando impases regulatorios, mayormente fiscales, los cuales se analizaron ampliamente en varias mesas de trabajo con diferentes entidades del Estado. Dichos impases consistían en normas y regulaciones adecuadas para un mercado privado, es decir, para transacciones entre particulares, mas no así para un mercado público en el cual se hacen múltiples transacciones con el mismo bien en un espacio de tiempo que puede ser corto. Para explicarlo en un lenguaje más llano, estas regulaciones son las apropiadas para regular compraventa de activos entre particulares (una casa, un negocio, por poner un ejemplo), pero no se ajustan a una compraventa de un activo (como es el caso de una acción de una empresa), que en la mañana la compró Pedro, pero en la tarde se la vendió a Juan y mañana la compra María.

Es importante entender que cuando nos referimos a un mercado público no lo hacemos infiriendo que es algo del Estado. En absoluto. En el vocabulario del mercado de valores una entidad se convierte en pública cuando coloca algún instrumento a la disposición de los inversionistas. En el caso de CISA, que era una entidad completamente privada, está obtuvo un financiamiento en el mercado de valores mediante una emisión de acciones, las cuales fueron vendidas al público. Este hecho convierte a CISA en una empresa pública, ya que cualquier persona interesada puede comprar sus acciones.

Como resultado de las mesas de trabajo, en agosto del 2021, el Poder Ejecutivo promulgó la Ley 163-21 para el fomento a la colocación de valores de oferta pública. Dicha ley viabilizó la emisión de acciones en un mercado público y otorgó algunos incentivos para las empresas emisoras como CISA.

Este acontecimiento, que sin lugar a dudas es uno de los hitos más importantes de nuestro mercado, requirió de un importantísimo trabajo de ingeniería legal y financiera que abre un nuevo camino para que todos los dominicanos continuemos formando parte del desarrollo de nuestro país.

Citando algunas de las contribuciones más importantes de este proceso para el empresariado:

  • La mayoría de las empresas exitosas inician como un negocio familiar. Las empresas dominicanas no son la excepción. Sin embargo, algunas de las barreras más importantes que no les permite a algunas empresas expandirse son sus mecanismos de financiamiento y, en ocasiones, la propia familia. En cuanto a los financiamientos, el mercado de valores les permite a las empresas diversificar sus fuentes de financiamiento con mecanismos que se ajustan significativamente mejor a sus flujos de caja, pudiendo estas dedicarle más esfuerzo al desarrollo del negocio en el mediano y largo plazo, en lugar de estar abrumadas con el pago de dicho financiamiento en el corto plazo. Adicionalmente, aporta prácticas de gobierno corporativo indispensables para el desarrollo del negocio. Esto se refiere básicamente a la creación de órganos (Consejo de Administración) y procesos que le permitirán a la empresa tomar la mejor decisión para el desarrollo del negocio, evitando que los intereses familiares se sobrepongan por encima de las decisiones del negocio. En pocas palabras, habrá más transparencia en la toma de decisiones, asegurando que estas sean las más convenientes para el negocio, en lugar de beneficiar particularmente a la familia a alguno de sus miembros.

Este es apenas uno de los puntos más relevantes. Por razones de espacio nos vemos precisados a complementar este artículo con dos o tres entregas adicionales, en las cuales valoraremos la importancia de este hito desde la perspectiva de los inversionistas, del desarrollo del país y de lo que implica para todos los dominicanos.

 

Puliendo el diamante ( 2-2 )

En seguimiento a nuestro anterior artículo en el cual abordábamos las contribuciones de las emisiones pública de acciones, en el día de hoy estaremos ofreciendo nuestra segunda entrega en la cual vamos a detallar contribuciones adicionales de este proceso, desde la perspectiva del inversionista. Y es que el emisor (la empresa que emite las acciones), y el inversionista (las personas que invierten su dinero), son dos caras de la misma moneda. Ambos son esenciales para producir la simbiosis en la cual gravita el mercado de valores.

El mercado de valores no existiera sin la participación del inversionista. Estos son los que ponen el dinero a cambio de un retorno. Es decir que toda persona interesada en el mercado de valores que tenga la capacidad de invertir dinero puede invertir en las acciones de César Iglesias. Esto le permitirá al inversionista diversificar su cartera de inversiones o como decimos más llanamente: no poner todos los huevos en la misma canasta. La importancia de esto radica en que toda inversión conlleva un nivel de riesgo, aunque sea mínimo. No me refiero particularmente a las acciones, toda inversión que una persona haga conlleva un riesgo, no importa si es para empezar un negocio, comprar un inmueble o hasta para guardar el dinero debajo de un colchón. Todo tiene un riesgo. La manera más adecuada de minimizar el riesgo es, primeramente, analizar muy bien en donde se está invirtiendo el dinero y adicionalmente, diversificarse. Mientras más diversificadas están sus inversiones, más se va reduciendo el riesgo. No es lo mismo usted colocar RD$10,000 en una sola inversión, a usted hacer cinco inversiones de $2,000. Mientras más diversifique su portafolio de inversiones, menos se expone al riesgo, precisamente por lo que decíamos anteriormente, sus huevos no están en la misma canasta, sino que los puso en cinco canastas diferentes.

Así como invierten personas en el mercado, también invierten empresas. Dentro de estas están las administradoras de fondos de pensiones (AFP) que son el principal cliente del mercado de valores, aquí y en cualquier parte del mundo. Canadá, Noruega, Estados Unidos y todos los países desarrollados canalizan los dineros de sus trabajadores a través del mercado de valores para sacarle el mejor desempeño posible a través de inversiones en acciones, bonos y otros instrumentos financieros. Las acciones son uno de los principales instrumentos de inversión de los fondos de pensiones en todo el mundo. Estas inversiones se realizan a largo plazo, ya que se trata de fondos que emplearán los trabajadores al momento de pensionarse, luego de varios años cotizando. Claro, aquí todo lo estamos tratando de plantear de una forma simple para la conveniencia del lector, pero lo cierto es que las AFP tienen toda una estructura preparada para asumir estos tipos de situaciones, la cual incluye especialistas en análisis financiero e inversiones, quienes realizan toda una labor de investigación antes de tomar cualquier decisión de inversión. Aquí resulta importante resaltar dos cosas: i) sin las inversiones de las AFP no es posible desarrollar el mercado de valores, ni el dominicano ni el de ningún país. Sin ellas no tendríamos el músculo que le permite el acceso a los capitales al empresariado y tampoco ii) los trabajadores tendrían los excelentes rendimientos ni la diversificación que han obtenido a lo largo de los años. Sobre esto último no puedo dejar de mencionar que la inversión en acciones que realizaron las AFP dominicanas en la reciente emisión de Cesar Iglesias no llega ni siquiera al 0.5% de los activos bajo administración. Para ponerlo de otra forma, el 99.06% de los dineros administrados por las AFP está en otro tipo de instrumentos, absolutamente todos orientados a un horizonte de largo plazo. Esto se debe principalmente a que en nuestro mercado nunca había acciones disponibles en las cuales invertir.

En nuestra tercera y última entrega, estaremos detallando la importancia del mercado de valores, los emisores e inversionistas, en el desarrollo de un país.

 

Puliendo el diamante ( 3-3 )

Esta es nuestra tercera y última entrega sobre la importancia de las emisiones de acciones empresariales. En dos artículos anteriores hemos resaltado las contribuciones de este proceso para el empresariado y para el inversionista. En esta ocasión queremos enfocarnos en un aspecto mucho más amplio: el desarrollo del país.

El mercado de valores es un círculo virtuoso. Le permite a las empresas y al Estado desarrollarse y le da participación a los inversionistas en ese desarrollo. Todos ganan, pero el que más gana es el país que cada vez más puede desarrollarse, expandir su infraestructura, sus planes de negocio y sus fronteras comerciales. No existe un país desarrollado que no le deba una gran parte de su desarrollo al mercado de valores. Es un mercado sumamente estricto, regulado, eficiente y, sobre todo, transparente.

En la medida en que las empresas se financian a través del mercado de valores, no solo pueden crear más oportunidades de trabajo para los dominicanos, sino que también le permite a estos invertir en estos negocios y participar de sus beneficios. Pero no solo se financian empresas, también se desarrollan proyectos de infraestructura como carreteras, aeropuertos, puentes, presas, tendido eléctrico y de telecomunicaciones, así como escuelas, hospitales, etc.

Esto le quita una carga al presupuesto del estado, contribuye con la eficiencia de los recursos y permite que los dominicanos participemos de los beneficios que generan estas obras. Esto no es nada nuevo, no estamos improvisando. Esto se hace en la gran mayoría de los países desarrollados. El ciudadano participa en el desarrollo de su propio país a través de las inversiones en empresas y en una cantidad innumerable de proyectos de otra naturaleza, tanto públicos como privados.

Algo que no debe faltar es que tanto la emisión de las acciones de César Iglesias, S. A., como la inversión realizada por todas las personas y empresas que las compraron, cumplió con toda la rigurosidad de los procesos, leyes y regulaciones requeridas. Acá no estamos reinventando la rueda, simplemente la estamos implementando. Claro, siempre habrá personas interesadas en seguir arrastrando las cosas, pero estoy seguro de que la rueda ha demostrado ser más eficiente.

La República Dominicana está dando los pasos correctos para maximizar su potencial. El mercado de valores cuenta con un regulador sumamente apegado al cumplimiento del marco regulatorio y a la protección de sus inversionistas, al igual que las AFP.

Estamos viviendo uno de los momentos de mayor reto económico a nivel mundial, sin embargo, nos estamos posicionando como uno de los países más importantes de la región, atrayendo la mayor cantidad de capital extranjero para nuestro desarrollo.

Si ese capital extranjero se ha dado cuenta de que nuestro país es un diamante, somos los propios dominicanos los que debemos liderar nuestro desarrollo, invertir en nuestro país y confiar en su potencial. Esta también es una invitación al empresariado dominicano a visualizar el mercado de valores como un aliado y fuente importante de capital para aumentar su capacidad productiva, generar oportunidades de empleo, bienestar y expansión de sus negocios. Esta es una invitación a todos los dominicanos a conocer mejor el mercado de valores, para que podamos continuar puliendo nuestro propio diamante.

Por Mario A. Franco 

El autor es director ejecutivo de la Asociación de Puestos de Bolsa